sábado, 28 de marzo de 2009

breve conceptualización de los términos arte y cultura

Cuando intentamos hablar de Arte y de Cultura, son un sinnúmero de problemas, interrogantes y concepciones que circundan a estos conceptos.

Primero para entender el vocablo Cultura, es necesario hacer un recorrido histórico con respecto a sus orígenes.

Cultura, se ha entendido durante un largo periodo como aquello que se vincula a las Artes, o particularmente a las Bellas Artes, y se ha entendido además como culto, a aquel ser que se ha “cultivado”, es decir que ha erigido un conocimiento. Esta es una definición mas bien cercana a la época de la Ilustración (siglo XVI a siglo XVIII), donde la Cultura, se considera un atributo de la Razón, atribuible a la idea de “cultivo del espíritu” (metáfora del conocimiento). La raíz del concepto está en el latin cultus que deriva del vocablo colere, que significa cuidado del campo o del ganado. Este es el hecho fundador del desarrollo de las sociedades; tanto la capacidad de controlar los ciclos naturales de la naturaleza (y por ende no depender de la recolección y de lo que la naturaleza entrega por si misma) por medio de la observación del entorno natural y de los astros, así como la necesidad de vivir en el orden (Mircea Eliade plantea en su libro Lo Sagrado y lo Profano que el hombre busca vivir en el orden y no en el caos –orden desconocido– y que por lo tanto erige monumentos y delimita su espacio conocido –orden– y lo vuelve sagrado) son características del desarrollo cultural.
Podemos entender entonces que la sociedad (y por ende la cultura) se fundamenta en este primer desarrollo agrícola: el control de la naturaleza, permite no depender de ella, es decir, superar el primer miedo del hombre: la alimentación. Y por otro lado, permite el desarrollo de otros elementos: escritura para contabilizar los alimentos, cántaros, alforjas, recipientes para contener y guardar dicho alimento; casas y lugares donde cobijarlo.
Si hacemos la extrapolación, entonces, el concepto cultura al estar vinculado al desarrollo agrícola y el control de la naturaleza, permite asociar el resto de las manifestaciones (sociales, políticas, simbólicas) como subsidiarias de esta primera idea.


Por otro lado, cuando hablamos de Arte nos vemos enfrentados a varios problemas, ya que la definición conceptual (en un período fundamentalmente indefinido como el nuestro –transexual, transgenerico, ambiguo, múltiple–) de esta idea se hace aún más dificultosa.
Primero, el vocablo arte tal cual lo conocemos y usamos ahora, derive de dos conceptos: el griego techne que significa saber hacer (que se encuentra vinculado a nociones más bien técnicas, es decir, en la medida de realizar un conocimiento, este era artístico –haciendo la salvedad que también existen personas que realizan representaciones simbólicas: pinturas, esculturas, teatro–) y el vocablo latín ars que significa herramienta, pero también denomina a un hacer con (palabras como armamento derivan de esta idea). Entonces, la noción de arte se encuentra firmemente vinculada a la idea de producción (objetos, herramientas, etc.). El arte es en primera instancia, tanto un saber hacer, (pensamiento, objetos) como un saber hacer con (herramientas, utensilios). Ahora bien, que la noción de arte sea entendida tanto como Bellas Artes (pintura, escultura, arquitectura, música), así como expresión de emociones (e ideas similares tales como comunicación) son conceptos mas bien recientes.
La separación entre ars y techne, hace la diferencia entre una producción de objetos comunes (técnica) y de objetos bellos (arte). Esta división es tanto una forma de ordenar y separar conceptos de actos distintos, así como la necesidad de generar una distinción (diferencia) entre distintos objetos sociales. Y esto a razón de varios fenómenos: por un lado, la producción simbólica fue durante mucho tiempo, territorio del mundo sagrado (los objetos se producen para los templos, las iglesias, los dioses) por lo que responden a un ideal de belleza, que se condiga con la relación divina de los objetos. Mientras que con el surgimiento de la burguesía en Europa (hacia la baja Edad Media) ocurre un cambio en las relaciones sociales y de entendimiento de los objetos de producción (bella). Si los objetos se producen primeramente para los dioses, el surgimiento de la burguesía plantea la aparición de un mundo privado. Mundo que detenta (o comienza a detentar) el poder económico, debido principalmente al hecho que son hombres libres sin apego a la tierra, por lo que pueden comerciar entre las distintas ciudades y pueblos (de ahí la idea de burguesía: burgo significa ciudad castillo, por lo tanto el burgués es quien habita el burgo).
La importancia de esta burguesía para el concepto de arte, está dado por la búsqueda de distinción, es decir, de diferenciación del pueblo común, y de la realeza. Distinción dada principalmente por las condiciones económicas que desarrollan a a través de comercio.En el período de desarrollo del pensamiento y de la razón (Ilustración) es la diferenciación de estas producciones bellas (herederas de la tradición greco-latina) de otras de carácter popular, es que le entrega ala concepto de arte una superioridad por sobre otras manifestaciones, y posteriormente en el Romanticismo (siglo XVIII y XIX) se completa con la idea de expresión emotiva, ya que estos hombres, se ven enfrentados a su desarrollo técnico (advenimiento de la Revolución Industrial y el desarrollo Científico) y asocian las producciones artísticas a los sentimientos, buscando escapar de este nuevo mundo técnico que se esta desarrollando.

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